1.La ciudad no es más que una parte del conjunto económico, social y político que constituye la región.
5. La situación política; sistema administrativo.
En este plano hemos utilizado la evolución histórica, comparándola con las normas zonales existentes, observando cuál es el rigor que sigue cada trama. Como podemos ver, sobre todo en las primeras imágenes aéreas los poblados que aparecen surgen separados en el terreno, pero con la evolución de la ciudad estos poblados se ven devorados y se incorporan a ella y a su trama. Sin embargo se ve claramente que las normas zonales distinguen unas áreas de otras y coinciden en gran medida con su evolución histórica.
2. Yuxtapuestos a lo económico, a lo social y a lo político, los valores de orden psicológico y fisiológico ligados a la persona humana introducen en el debate preocupaciones de orden individual y de orden colectivo. La vida solamente se despliega en la medida en que concuerdan los dos principios contradictorios que rigen la personalidad humana: el individual y el colectivo.
La persona necesita la interrelación con sus semejantes, una vida en sociedad, con la que evoluciona y se desarrolla. De esta manera podemos decir que, debemos vivir en una ciudad y un entorno que nos permita dicha plenitud social.
En el Abroñigal podemos ver que gran oferta de equipamientos y usos deportivos que son los usos que más actividad social nos aporta. No solo es necesario que haya suficientes equipamientos y usos deportivos, sino que deben estar repartidos por el entorno, cosa que en la zona de estudio ocurre, por lo que podemos concluir que es una zona que cumple con las necesidades sociales en este sentido.
3. La situación geográfica y topográfica, la índole de los elementos, agua y tierra, la naturaleza, el suelo, el clima.
Con este plano podemos observar que los principales usos residenciales se ciñen a zonas poco accidentadas, sin grandes pendientes. Esto se hace evidente ya que las zonas llanas son las zonas más propicias para dicho uso, el residencial, debido a que es la zona más utilizada por las personas.
4. La situación económica. Los recursos de la región, contactos naturales o artificiales con el exterior.
La ciudad extrae recursos de cuanto le rodea. Así como una ciudad circundada por una región cubierta de cultivos se nutre de ellos para ganar recursos, nuestra zona, está ligada a la actividad de transportes y comunicaciones, y a los servicios financieros y a la actividad en servicios profesionales, en edificios de oficinas.
6. Ciertas circunstancias particulares han determinado los caracteres de la ciudad a lo largo de la historia: la defensa militar, los descubrimientos científicos, las sucesivas administraciones, el desarrollo progresivo de las comunicaciones y de los medios de transporte (rutas terrestres, fluviales o marítimas, ferrocarriles y rutas aéreas)
7. Las razones que presiden el desarrollo de las ciudades están, pues, sometidas a cambios continuos.
La situación en la que surgió la población en esta zona fue por una gran escasez y pobreza. El Pozo del Tío Raimundo surgió por necesidad, de manera espontánea y por algunas acciones tan simples y primarias como es la de la creación de un pozo, hizo de este lugar un sitio para aquellos que no se podían permitir una vivienda “digna”. Sin embargo, con el transcurso de los años este barrio ha ido creciendo hasta que finalmente ha sido transformado e incorporado a la trama madrileña. Podemos observar con esto que es posible que un “asentamiento” del tipo que sea, sea absorbido por la trama de una gran ciudad debido a su cercanía y que la ciudad está en continua evolución. En la ciudad existen elementos inmutables, que le dan carácter; sin embargo, la ciudad es en sí, mutable, adaptable a las nuevas tecnologías, especialmente al transporte, y a las necesidades de una sociedad igualmente cambiante.
8. El advenimiento de la era del maquinismo ha provocado inmensas perturbaciones en el comportamiento de los hombres, en su distribución sobre la tierra y en sus actividades mismas; movimiento irrefrenado de concentración en las ciudades al amparo de las velocidades mecánicas; evolución brutal y universal sin precedentes en la historia. El caos ha hecho su entrada en las ciudades.
El sector terciario y el sector secundario son mayoritarios en la zona, equiparándose entre ellos en gran medida. Hay especialmente mayor actividad en la zona Noroeste del área de Contenedores de Adif siendo esta zona una de las más activas en servicios financieros y profesionales, haciendo de ella una zona potencialmente administrativa.
9. En el interior del núcleo histórico de las ciudades, así como en determinadas zonas de expansión industrial del siglo XIX, la población es demasiado densa (se llega a sumar hasta mil e incluso mil quinientos habitantes por hectárea).
10. En los sectores urbanos congestionados, las condiciones de habitabilidad son negastas por falta de esàcop suficiente para el alojamiento, por falta de superficies verdes disponibles y finalmente, por falta de cuidados de mantenimiento para las edificaciones (explotación basada en la especulación). Estado de cosas agravado todavía más por la presencia de una población con nivel de vida muy bajo, incapaz de adoptar por sí misma medidas defensivas (la mortalidad llega a alcanzar el 20%)
La densidad en la zona de Abroñigal no es muy acusada, ya que no hay grandes edificios de viviendas, ni aglomeración de ellas, a la vez que hay gran cantidad de uso de oficinas. Además, un punto que ayuda a regular la excesiva densidad son los grandes parques que se extienden por toda la zona, haciendo que la densidad sea aun menor, oxigenando la ciudad.
11. El crecimiento de la ciudad devora progresivamente las superficies verdes, limítrofes de sus sucesivas periferias. Este alejamiento cada vez mayor de los elementos naturales aumenta en igual medida el desorden de la higiene.
Como podemos observar en los planos de evolución histórica uniéndolos a las zonas verdes actuales, el crecimiento de la ciudad devora progresivamente dichas zonas verdes, hasta que éstas se ven completamente rodeadas de una ciudad que las comprime. En el primer plano de 1946 podemos ver como las zonas verdes que ahora existen están en la situación de un suelo completamente sin urbanizar, rústico. Sin embargo, con el paso de los años, este suelo se ha convertido en urbano y ha marcado muy claramente de sus límites con las zonas verdes, mientras que hace 50 años el límite de ciudad-campo era difuso.
12. Las construcciones destinadas a vivientes se hallan repartidas por la superficie de la ciudad, en contradicción con las necesidades de la higiene.
Como se ha mencionado en anteriores planos, la densidad de la zona no es excesiva y, además está dotada de grandes espacios de zonas verdes y parques. Aun así es importante observar el ancho de las calles ya que un ancho deficiente impide una entrada de Sol suficiente. La gran mayoría de las calles son de entre 5 y 10 metros, que supone en la mayor parte de los casos una suficiente anchura respecto a la altura de los edificios.
13. Los barrios más densos se hallan en las zonas menos favorecidas (vertiendes mal orientadas, sectores invadidos por neblinas o gases industriales, accesibles a las inundaciones, etc).
14. Las construcciones aireadas (viviendas acomodadas) ocupan las zonas favorecidas, al abrigo de vientos hostiles, con vistas seguras y graciosos desahogos sobre perspectivas paisajistas: logo, mar, montes, etc., y con abundante exposición al Sol.
15. Esta distribución parcial de la vivienda está sancionada por el uso y por unas disposiciones municipales que se consideran justificadas: zonificación.
16. Las construcciones levantadas a lo largo de las vías de comunicación y en las proximidades de los cruces son perjudiciales para la habitabilidad: ruidos, polvo y gases nocivos.
Las vías más que crean especial impacto en ruidos, polvo y gases nocivos son la M-30, la A-4 y la M-40, por lo que es necesario algún sistema amortiguador para estos impactos. Las grandes avenidas son arterias de la propia vida de la ciudad, por lo que no solo son necesarias sino que constituyen las vías más transitadas por peatones y transportes. Sin embargo, las autopistas son grandes bordes que, a pesar de ser necesarios para una movilidad adecuada por la ciudad, crean los impactos antes descritos y no son directamente utilizados por los peatones y están lejos de la vida en la ciudad.
17. El tradicional alineamiento de las viviendas al borde de las calles sólo garantiza la exposición al Sol a una parte mínima de los alojamientos.
18. La distribución de las construcciones de uso colectivo dependientes de la vivienda es arbitraria.
Es importante que las familias tengan un suficiente avituallamiento de centros médicos, guarderías, escuelas, centros polideportivos, y demás equipamientos y dotaciones que sirven como prolongación de la propia familia a actividades y servicios necesarios.
En este sentido podemos observar que en Entrevías hay una gran cantidad de equipamientos y centros deportivos, incluso excesivo, mientras que al otro lado de la Avenida de Entrevías son muy escasos estos servicios, por lo que cabría pensar una solución a esta descompensación de servicios.